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17 de agosto del 2010

Entrevista exclusiva al ministro de Justicia y Derechos Humanos de Ecuador

“Nuestro país ha combatido al narcotráfico con medidas más eficientes y menos dañinas que otros

En una entrevista previa a la II Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas, el funcionario ecuatoriano -cuyo ministerio estará representado en el encuentro que se realizará en Río de Janeiro- aseguró enfáticamente que el problema de las drogas corresponde al área de la Salud Pública, dejando clara la posición del gobierno de su país. Por otra parte, afirmó que Ecuador ha combatido el tráfico “con medidas más eficientes y menos dañinas que otros”.

José Serrano Salgado fue designado Ministro de Justicia y Derechos Humanos de Ecuador en abril de este año. Desde su cartera es uno de los responsables de llevar adelante la modificación a la legislación sobre drogas impulsada por el presidente Rafael Correa. El gobierno dio hace más de un año una clara señal sobre cuál sería su orientación en este tema al tomar la decisión de conmutar las penas a 1500 mulas (personas condenadas por microtráfico de hasta dos kilos), lo cual tuvo una amplia repercusión política y mediática no sólo dentro de su país sino en toda la región. Para conocer más a fondo la realidad ecuatoriana y las iniciativas que impulsa el gobierno, el funcionario dialogó con los organizadores de la Conferencia pocos días antes de su realización.

- ¿Cuáles son los principales problemas en el Ecuador asociados a las drogas? O, dicho en otros términos, desde una geopolítica de las drogas, ¿cuál es el lugar que ocupa Ecuador?

El problema de las drogas es un problema de Salud Pública, así lo ha consagrado nuestra joven Constitución de la República. Ahora bien, podemos entenderlo desde diversas ópticas. Creo que una de ellas ha sido precisamente el securitizar su visión. Bajo los nuevos parámetros constitucionales ésta sería una visión errada. No creemos mucho en las clasificaciones o estereotipos internacionales de “sospecha” acerca de la posición en que se ubica el Ecuador en la ruta del narcotráfico. Lo cierto es que el Ecuador ha sido un país que ha combatido al narcotráfico con medidas más eficientes y menos dañinas que otros. No hemos invadido a países vecinos con el discurso de lucha contra las drogas, ni contaminado la naturaleza bajo su pretexto.

- En su momento el presidente Rafael Correa anunció una reforma integral de políticas de drogas en el Ecuador, ¿cuáles son las reformas en marcha?

Estamos trabajando en una Comisión Interinstitucional para la reforma integral a la legislación de drogas, vigente desde 1990. Esta Comisión asume una visión integral del problema de las drogas, por ello la conforman carteras como Salud, Educación, Inclusión Económica y Social, Dirección Nacional de Antinarcóticos, CONSEP y Ministerio de Justicia, que la coordina.
Hay dos grandes precedentes para la reforma integral de drogas en el Ecuador: el Art. 364 de la Constitución de la República y el indulto a las denominadas “mulas” del narcotráfico, acaecido en julio de 2008 por decisión de la Asamblea Nacional Constituyente. En esa medida, asumimos estos imperativos categóricos como núcleos que inspiran nuestra reforma. En tal sentido, incorporamos la visión progresista internacional devenida en reformas legales como la mexicana y brasileña, e incluso los exquisitos fallos jurisprudenciales como el Fallo Arriola de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, de agosto de 2009.

- ¿Cuáles son las principales líneas de trabajo en el Ecuador en temas de: penalización del consumo y persecución del narcotráfico?

La línea es perseguir al crimen organizado que opera detrás de los más débiles que caen en el sistema penal. Por ello creemos que debe establecerse legalmente una tabla de dosis de uso personal de tenencia o posesión de drogas, para no criminalizar el uso o consumo de drogas. Por otra parte, creemos también que hay que atacar con toda fuerza a la delincuencia organizada que opera en grandes redes transnacionales, a través de una racional gradación de penas que va desde el microtráfico hasta el narcomayoreo; esto sin duda repercute en reformas procesales y sustantivo penales.

- Mucho se dice en la región sobre que “la guerra contra las drogas ha fracasado” como paradigma. ¿Qué medidas necesitan tomar los gobiernos de América Latina para reorientar sus políticas?

La Guerra contra las Drogas sin duda ha fracasado. América Latina necesita articular un discurso contrahegemónico, que devuelva el problema a sus reales raíces: la salud pública; que deje de perseguir a los más débiles; que castigue a los poderosos; que nos devuelva la soberanía para resolver el conflicto; que retome una visión integral y no sólo de seguridad del Estado; y que, básicamente, respete de los derechos humanos.