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 Panel: Drogas, violencia y seguridad

La política prohibicionista es parte del problema, no de la solución.

Las consecuencias de la política prohibicionista recayeron sobre los sectores más vulnerables,  el descenso de los homicidios no significa que no exista violencia, el narcotráfico y las políticas ineficientes  son una amenaza para la viabilidad de las democracias, denunciaron los especialistas reunidos en el panel Drogas, violencia y seguridad.

Entre las propuestas figuró la necesidad de abordar la problemática en espacios como UNASUR y  la CELAC.

(Bogotá, 6/12/12)  El descenso de homicidios  como una de las consecuencias de la política de guerra contras las drogas “no es el único factor para medir la violencia”, sostuvo Alejandro Hope, titular del Proyecto MC2  “Menos Crimen, Menos Castigo” del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y  México Evalúa, quien propuso una agenda posible: Reducir la intensidad laboral y dispersión geográfica del narcotráfico y reducir daños generados por el mercado interno. Se produjo en el panel Drogas, violencia y seguridad, que se llevó a cabo en la IV Conferencia Latinoamericana de Políticas de Drogas, que se desarrolla en Bogotá, Colombia.

El panelista explicó que “existen tres nexos entre la violencia y la producción de drogas que son más complicados de lo que aparentan”.  Así, se refirió a “la violencia psicofarmacológica, que es la que viene del consumo de una sustancia, la económica compulsiva, es la que algunas ejercen para financiar el consumo, y la violencia sistémica, que es la que procede de mercados ilegales”.

Para entender la relación entre narcotráfico y violencia hay que tener en cuenta “el contexto nacional con sus variables socioeconómicas e institucionales, el contexto internacional, con sus  relaciones diplomáticas, espacio geopolítico y flujos de comercio internacional, la estructura de mercado,  qué se vende, cómo se vende, y las políticas de drogas, su foco e intensidad”.

El incremento del número de homicidios en México se registra “con el cierre de la ruta de El Caribe y el inicio de la participación masiva de los carteles mexicanos en el negocio de la cocaína. Durante 17 años, se da una caída sostenida del homicidio, luego se triplica, y del 2010 al 2012, se estabilizó”.

Restrepo se pregunta ¿Qué se puede hacer en el corto plazo? Y propone una agenda posible: Reducir la intensidad laboral y dispersión geográfica del narcotráfico y reducir daños generados por el mercado interno.

La política prohibicionista causa más daños que la misma problemática

Por su parte, la panelista Socorro Ramirez, Columnista del diario El Tiempo y fue Profesora Titular de la Universidad Nacional de Colombia, resaltó que ¨la política prohibicionista está causando más daños que la misma problemática” y aseguró que “ha provocado consecuencias catastróficas  sobre los sectores más vulnerables”.  

Sin embargo, “hay un desfase al que está asistiendo América Latina, donde  por un lado se empiezan a implementar políticas de reducción de daños, y ya comenzó el diálogo entre los gobiernos pero que no termina de tomar forma”

Ramírez ejemplificó que “el caso colombiano es significativo porque este país es el que más ha militarizado la lucha antidrogas, ha criminalizados a los productores, ha erradicado, ha hecho la aspersión química más significativa que algún país ha hecho,  ha desmantelado carteles grandes, pequeños medianos, ha extraditado cuanto narco ha podido, ha asediado el tráfico por tierra, mar, aire, ha encarcelado a todo el que ha podido pero el narco se ha mantenido, y ha alimentado todo la forma de violencia”.

Ante las posturas del Guatemala y Uruguay donde sus gobiernos sostienen que “es posible hacer reformas ya, otros como Colombia y México comienzan a registrar una disposición al debate con la búsqueda de un consenso global” , especificó.

Para terminar, Ramírez agregó que “los países bolivarianos  le ponen prioridad a la lucha antiimperialista, pero no dice nada del prohibicionismo. Brasil guarda silencio en el debate regional”, y destacó: “Necesitamos que UNASUR y  la CELAC  sean los espacios donde los gobiernos evalúen estas iniciativas,  e intenten llegar a acuerdos”.

El narcotráfico y políticas ineficientes son una amenaza

Otro de los panelistas, Edgar Gutiérrez Girón, Embajador en Misión Especial para la reforma de la política de drogas, quien fue ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, consideró que “el narcotráfico y las políticas ineficientes  son una amenaza para la viabilidad de la democratización y el desarrollo ”.

Y en el caso de Guatemala, estableció razones entre las cuales se encuentran la “notable fuente de violencia y sacrificio de vidas humanas” puesto que en ese país el “40 por ciento de los homicidios es provocado por los narcos por ajustes de cuentas”. Otra de las razones es porque “impide un clima de normalidad para reconstruir las instituciones del Estado de Derecho porque los agentes oficiales prefieren la ley de la plata y no del plomo”.

Asimismo, definió que “la corrupción en democracia pone en riesgo la libertad, la confianza y la solidaridad. Existe una relación simbiótica con el poder democrático y las organizaciones criminales que se nutren y se necesitan mutuamente. El narco sustituye al estado ausente”.

Gutiérrez Girón, aseveró que  “la invasión del narco en  las elites legitimas, que no tienen tradición democrática, explican su poder. Las elites no responden fortaleciendo a las instituciones del Estado”.

El narcotráfico “es una amenaza vital para Guatemala y por tanto la política prohibicionista, que es su causa, también lo es.  La política prohibicionista es parte del problema, no de la solución. El camino emprendido por Guatemala no será fácil, ni rápido. Ahora hay que profundizar este debate y hacernos cargo de manera co-rresponsable de una política de regulación, con todos sus desafíos, insuficiencias y limitaciones. Será una búsqueda de nuestros países latinoamericanos, en su corresponsabilidad”.

Violencia urbana, las dinámicas de violencia

Por su parte, otro de los panelistas, Juan Diego Restrepo, redactor de opinión en el sitio Semana.com, y editor del proyecto VerdadAbierta.com, de Colombia, sostuvo que “las dinámicas de violencia del crimen organizado en centros urbanos han cambiado en los últimos años, se ha transformado en una guerra. Ya no se trata de jíbaros medio filósofos, que entre venta y venta hacen reflexiones de la vida y las comparten con quienes quieran escuchar. En su remplazo llegaron otros con corte a ras y poderosas armas”.

Y aseguró que “lo que antes era una actividad ilegal en ambientes poéticos ahora es una actividad empresarial cargada de violencia y control de territorios. Lo artesanal se convirtió en producción industrial, producción capitalismo salvaje de nuestros días”.

En tanto que, “los jóvenes a quienes estos empresarios de la criminalidad les quitan su inocencia, les ponen la tarea de convertir a sus pares en consumidores dependientes. Lo que antes era colegaje se convirtió en rivalidad a muerte”.

Restrepo remarcó que “la acción policial recae sobre la base, la parte más débil de la cadena del narcotráfico”, y describió que “el mayor impacto de estas empresas criminales se da en comunidades más pobres en zonas urbanas”.

Y ejemplificó la situación que padece la Comuna 13 de Medellín, donde el Estado realizó la primera intervención con grupos armados en 2002 en línea con la política de guerra contra las drogas. Finalmente este año, el gobierno reconoce que la zona “renace de sus cenizas”.

Pero “ ¿De cuáles cenizas ha renacido la comuna 13? si en las casas del barrio El Salado abundan los grafitis de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidas como los Urabeños, diciendo “Aquí estamos”?”, cuestionó Restrepo, quien resaltó que se trata de “la comuna con mayor pie de lucha del país, sin embargo los grupos armados siguen diciendo ‘aquí estamos’”. 

Restrepo, aclaró que si bien “los homicidios se han reducido en un  gran porcentaje,  menos asesinatos no significa la superación de la violencia”, y afirmó que “hay que comenzar a pensar en la violencia urbana generada por el narcotráfico a partir de otras variables que nos den explicaciones de por qué hace 30 años hay tanta violencia”.

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