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Historia de las políticas de drogas

Un recorrido sobre cómo se construyó la actual política de drogas, qué marco internacional la regula, los paradigmas vigentes y en disputa.

Para analizar las políticas de drogas, es necesario conocer la historia de algunos conceptos. En primer lugar, el de prohibición, surgido sobre fines del siglo XIX en Estados Unidos, que se constituyó en el discurso hegemónico sobre cómo encarar la problemática. En aquel momento, el regreso del elemento religioso tradicional en el mundo anglosajón, las tensiones sociales que “obligaban” a nuevas forma de control, la evolución del sector médico y la asunción de tareas reservadas antes al mundo eclesiástico, contribuyeron a imponer esa manera de ver la cuestión.

MARCO REGULATORIO INTERNACIONAL

Hay varios antecedentes legales en el sistema internacional de control de drogas -el primero se remonta a la Conferencia de Shangai de 1909- pero tres Convenciones de Naciones Unidas constituyen el actual marco regulatorio:

1-    Convención Única de Estupefacientes de 1961, enmendada por el Protocolo de 1972. Prohíbe la adormidera, coca y cannabis.

2-    Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971. Incluye sustancias próximas a la industria farmacéutica como anfetaminas, barbitúricos y LSD, entre otras.

3-    Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988. Disposiciones sobre extradición, asistencia judicial recíproca, cooperación y asistencia para los Estados de tránsito, entrega vigilada, blanqueo de dinero, incautación de bienes, desviación de precursores químicos. Profundiza aspectos represivos, pues criminaliza la posesión personal.


COMPROMISO 1988: ERRADICAR LA PRODUCCIÓN Y EL CONSUMO

En 1988, una Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre el problema mundial de las drogas concluyó con  el compromiso de los países miembro a “lograr resultados importantes y mensurables en cuanto a la reducción de la demanda para el año 2008″. No sólo eso: también se firmó la promesa de “eliminar o reducir considerablemente el cultivo ilícito del arbusto de coca, la planta de cannabis y la adormidera para el año 2008″.

REVISIÓN 2009: SIN ÉXITOS PERO EN LA MISMA POLÍTICA

Vencido el plazo, en una Reunión de Alto Nivel en 2009 se reafirmaron aquellos ejes con un nuevo límite de diez años para  eliminar o reducir considerablemente el cultivo ilícito de la adormidera, el arbusto de la coca y la planta del cannabis. O sea, la continuidad de las políticas vigentes. Sin embargo, se dejó constancia de que algunos países reconocen las carencias de estas políticas e instan a la adopción de nuevos enfoques.
¿CUÁLES SON LOS ENFOQUES EN DISPUTA?

En cuanto al control de la oferta, pueden diferenciarse:

—  Criminalizador: mantener y ampliar el número de sustancias prohibidas. Los consumidores son tanto criminales como pacientes, que deben ser castigados y también tratados (coactivamente).

—  Legalizador: pasaje de sustancias prohibidas a la categoría de reguladas (prescriptas). Los consumidores son enfermos que deben ser tratados.

—  Liberalizador: acceso a todas las sustancias por parte de los adultos. El uso de drogas es considerado una elección personal, no un crimen ni una enfermedad.

En cuanto al control de la demanda, las categorías enfrentadas son:

—  Abstencionismo: Intervenciones orientadas a eliminar el uso de drogas, tanto en prevención  (promover en la población la no utilización de drogas) como en el tratamiento (suspensión del consumo).

—  Reducción de daños: Intervenciones orientadas a disminuir los efectos negativos producto del uso de drogas. Aquí, la educación y asistencia sobre drogas se basan en una jerarquía de objetivos -de corto, mediano y largo alcance- entre los que la abstinencia no es forzosamente condición necesaria.

La complejidad de la cuestión promueve un debate enriquecedor. Desde la Asociación Civil Intercambios y el Colectivo por una política integral hacia las drogas (CUPIHD), entre muchos otros grupos, se considera que la discusión pasa, entre otros, por estos temas:

—  Evaluación de las consecuencias adversas de las actuales políticas de drogas.

—  Despenalización del consumo, posesión y cultivo de drogas para uso personal.

—  Distinción entre consumos problemáticos y no problemáticos de drogas.

—  Distinción entre cultivadores, correos y pequeños dealers (penas alternativas a la cárcel) y crimen organizado.

—  Experimentación de modelos de regulación legal.

—  Mayor coherencia entre el sistema de fiscalización de drogas y el sistema de derechos humanos.

Sobre estos temas profundizará la III Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas que se realiza el 13 y 14 de septiembre de 2011 en México DF.